CUANDO PECO EN CONTRA DE MI IGLESIA.

Muchos de nosotros hemos sido ofendidos por alguien dentro de nuestra propia iglesia, alguien nos traicionó, nos sentimos fuera de lugar, alguien nos ofendió, etc… En la iglesia es común que ocurra esto, y muchas personas terminan yéndose de la iglesia, porque tuvieron problemas. Muchas personas van de iglesia en iglesia tratando de encontrar una iglesia donde se “sientan bien”. El problema muchas veces no es la iglesia, sino nosotros, sabemos que hay veces que otros pecan en contra de nosotros, pero que tal de cuando nosotros pecamos en contra de la iglesia. ¿Como es eso? Aqui veremos algunos pecados que nosotros cometemos.

Asumir que todo me debe gustar. La iglesia es el cuerpo de Cristo, la Novia de Cristo, no es un centro de entretenimiento donde todo lo que hacen me debe gustar. Somos una familia, y debemos entender que hay cosas que nosotros haríamos distinto, pero está bien que se hagan de una forma diferente a mi preferencia.

No congregarnos regularmente. Cuando tu no te congregas pecas en contra de tu iglesia, porque estamos fallando en perseverar en la unidad y la comunión los unos con los otros como se menciona en Hechos 2.

Ir como un cliente. Un cliente quiere que le sirvan bien, un miembro busca servir. La iglesia no es un lugar donde todos deben servirme sino yo debo ir con la expectativa de dar. Alguna persona alguna vez dijo al pastor: “hoy no me gusto el culto, la alabanza no estuvo muy buena”, el pastor le respondió: “que bueno, porque no era para usted, era para Dios”.

Cuando voy con un espíritu criticón. Es bueno ver problemas y querer solucionarlas, pero cuando siempre estamos criticando todo, entonces no vamos a poder ser de bendición a otros, porque queremos que todos se acoplen a mi. Si hay algo que creemos que está mal y creemos que se debe cambiar, acércate con tu pastor y platícalo, y lleva una solución.

Cuando voy pero no convivo con los demás. La iglesia es la asamblea de los creyentes, y vamos a juntarnos con otros hermanos en Cristo, ver como están y convivir junto con ellos.

Cuando no busco la convivencia con mis hermanos fuera de la iglesia. Los primeros discípulos siempre tenían en claro que se reunían en el templo y en las casas. Debemos juntarnos en las casas para ser iglesia.

Cuando creo que se trata de mi y no de Dios. La iglesia es de Cristo, el objetivo es vivir una vida en comunidad que honre y glorifique a Cristo, no a mi.

Cuando “robamos” ovejas de otras congregaciones, para traerlas a las nuestras. Si alguien se congrega en otra iglesia, no hables mal de su iglesia para que vengan a la tuya, que sigan en la iglesia local en donde están.

Cuando no recibo la disciplina. Parte de los elementos esenciales de una iglesia es la disciplina. No nos gusta al inicio, pero es para nuestro bien.

Cuando no participo en dar. Si somos parte de una congregación, nos comprometemos en dar generosamente hacia nuestra iglesia, para el extendimiento del reino de Dios.

Cuando no oro por mi iglesia. Dios nos ha llamado a orar los unos por los otros.